martes, 8 de mayo de 2007

Descubren la tumba de Herodes

Una universidad israelí anunció ayer el descubrimiento de la tumba del Herodes El Grande, rey de Judea durante el imperio romano. La Universidad Hebrea de Jerusalén informó en un breve comunicado que el hallazgo se produjo en Herodium, donde alguna vez estuvo el palacio de Herodes, a unos 12 kilómetros de la ciudad sagrada en la que reconstruyó y amplió el Templo Judío. El Evangelio de San Mateo señala que Herodes ordenó la Matanza de los Inocentes, el asesinato de todos los niños varones menores de tres años nacidos en Belén, lugar de nacimiento de Jesús, por temor a perder su trono ante un "nuevo rey de los judíos". De acuerdo con San Mateo, José y María huyeron hacia Egipto con su bebe Jesús para evitar la matanza. El Senado romano designó a Herodes como rey de los judíos aproximadamente en el año 40 antes de Cristo. Según el historiador romano, Flavio Josefo, Herodes murió en el año 4 AC. El diario israelí Haaretz reportó en su página en Internet que la tumba de Herodes fue descubierta por el académico de la Universidad Hebrea Ehud Netzer, que conduce las excavaciones arqueológicas en Herodium desde 1972.

jueves, 3 de mayo de 2007

Las reglas del juego político y del poder son las mismas que en el siglo XII

«El león en invierno», la obra más conocida de James Goldman, transcurre en las navidades de 1183. Sus protagonistas son personajes históricos: Enrique II de Inglaterra, Leonor de Aquitania, Ricardo Corazón de León, Juan Sin Tierra, Felipe II de Francia... Sin embargo, Juan Carlos Pérez de la Fuente asegura que al espectador «no le cuesta reconocerlos, reconocerse incluso, porque las reglas del juego político y las relaciones familiares no han cambiado en estos siglos, son las mismas que en la época en que está ambientada la función».
-¿Qué tiene de especial esta obra para usted?
-Siempre la he tenido en mente; pocos textos del siglo XX conjugan lo clásico con lo contemporáneo, es una mezcla perfecta de teatro épico y teatro psicológico. Porque es una obra con tema y personajes históricos, pero lo que menos importa son los hechos históricos. Nos habla de la desmesura del poder, de la ambición, de la familia, del amor, de la vejez, de la homosexualidad... Todo ello con un texto lleno de humor, un texto que es un alambique, un bordado fino y elegante donde la palabra es el arma.
-Su puesta en escena está planteada casi como una partida de ajedrez.
-Ese juego de estrategias ya está en el texto, en su arquitectura teatral; yo lo he acentuado en el montaje, donde hasta los movimientos están medidos y calculados porque queremos contar cosas con los movimientos. Los personajes se conducen a menudo como los jugadores de ajedrez, tratando de adelantarse a los movimientos del rival para poder tomar ventaja. Y es que la obra es pura estrategia.
-¿Cómo puede reconocerse el espectador de hoy en día con personajes tan singularmente distintos como los de la obra?
-Porque «El león en invierno» nos los presenta desprovistos de su manto y convertidos en seres humanos. Son personajes todopoderosos, sí, pero su ambición por el poder es perfectamente reconocible, y no es difícil encontrar su reflejo en personajes actuales como Bush.
-¿Hay víctimas y verdugos, o todos son lo uno y lo otro?
-Hay personajes más mentales y otros más pasionales. Cada uno tiene sus motivaciones para comportarse como lo hace, pero siempre está la pregunta de si se pueden conjugar el poder y los sentimientos. Esa pregunta está presente en toda la obra, y yo creo que es imposible.
-¿Y qué es lo que mueve a personajes a poner esa ambición desmedida por encima de todo?
-Leonor de Aquitania se mueve por amor a Enrique; un amor que, curiosamente, y por los engaños recibidos, ha hecho que convierta su vida en una venganza. A Enrique le persigue el deseo de inmortalidad. Él quiere ser Dios y pervivir; su gran tragedia es, precisamente, su humanidad. El decorado lo preside un león del siglo XI que encontramos en una iglesia del norte de Burgos, y estuve tentado de sustituirlo por un pantocrátor.
-En una obra tan marcada por los sentimientos, es fácil deducir que la interpretación juega un papel fundamental.
-No sólo en esta función; toda puesta en escena que no pase por el actor es una puesta fallida. Pero si se quiere hacer esta obra hay que partir desde las entrañas. Y yo me he encontrado con un grupo de actores que se ha entregado completamente a la propuesta, que se ha dejado «manipular»; unos a otros se han «contaminado» durante los ensayos para lograr una unidad de estilo.

Murió en Moscú Borís Nikoláyevich Yetsin, un moderno Iván el Terrible

Primer presidente de la Federación Rusa, tras colapsar la Unión Soviética y su bloque en 1990/1, condujo una fase borrascosa. Signada además por megacorrupción: se malvendieron activos estratégicos y surgió una clase de magnates predatorios.Por otra parte, para muchos rusos Yetsin desmanteló el régimen comunista, que nunca lo fue en realidad, sino una dictadura inicialmente leninista y luego estalinista. Eliminado Józif Dyugashvili –era georgiano- en 1953, el sistema fue mutando hasta que, por fin, se derrumbó presa de sus contradicciones internas y un deplorable manejo económico.
Todavía con Yelsin al mando, el mismo público que en 1991 lo aclamó cuando se subió un tanque, para afrontar un golpe neocomunista, comenzará luego a añorar los tiempos de la URSS. En efecto, salvo para un grupo de ex burócratas convertidos en dirigentes políticos, banqueros o empresarios, la vida seguía siendo dura y los supermercados estaban medio vacíos.
Las terapias de choque, aconsejadas por el Fondo Monetario Internacional, empobrecieron a millones. Luego, la guerra de Chechenia se combinó con las frecuentes borracheras presidenciales. Era un Iván IV redivivo, pero ni tan terrible ni tan carismático como ese tsar del siglo XV.
“Hoy, lunes 23 de abril, 9 en el calendario ortodoxo, a las 3:35 hora local, dejó de existir en el hospital clínico central Borís Nikoláyevich Yeltsin. El desenlace –señala un terso comunicado del Kremlin- deriva de graves problemas cardiovasculares”. Míjail Gorbachov, último presidente soviético a quien Yeltsin virtualmente depuso, fue el primero en exaltar sus virtudes sin silenciar sus defectos.
Mucho más frío y distante, su sucesor –Vladyímir Putin-, que asumió en 1999, se limitó a transmitir telefónicamente condolencias a la viuda. En un sentido, la muerte de Yelstin sorprendió a una Rusia que esperaba otro deceso, el del cellista y director de orquesta Mstíslav Rostropóvich.
Por cierto, el caos legado a Putin le permitió a éste ir anulando o vaciando reformas democráticas y reconvertirse en virtual presidente monárquico. Como los de Iván el terrible, sus enemigos o rivales suelen vivir mucho o terminan en Siberia.

jueves, 5 de abril de 2007

300 contra un millón

Así reza la lápida conmemorativa que recuerda la hazaña.Durante las Guerras Médicas entre griegos y persas, el desfiladero de las Termópilas fue el escenario del comportamiento heróico del rey de Esparta Leónidas I el cual, con 300 bravos espartanos y algunos cientos de aliados griegos, defendieron el lugar retrasando el avance persa diez días, lo suficiente para permitir a los griegos reorganizar sus fuerzas y vencerles posteriormente en Salamina y Platea.La a priori inimaginable proeza, tuvo lugar en un estrecho corredor de gran valor estratégico que controlaba la entrada al centro de Grecia desde el noreste. Aunque los depósitos aluviales lo han convertido en la actualidad en una llanura pantanosa, hace 2.500 años, el camino tenía aproximadamente 15 metros de ancho y pasaba por debajo de un acantilado.Herodoto nos narra el acontecimiento en “Historias”, y distintos autores griegos nos permiten deducir la importante repercusión de este suceso en la época, así como el formidable carácter de algunos personajes que intervinieron en el mismo. Fueron héroes de carne y hueso, con sufrimientos y miedos, que decidieron entregar su vida antes de partir a la batalla para enfrentar un desafío que amenazaba los valores con los que habían forjado su forma de existencia. Los nombres que han traspasado la distancia del tiempo son varios pero, por encima de todos, una figura destaca: la del rey de los espartanos, Leónidas.

El egipcio es más fácil que el latín y el griego

Josep Padró llega a la cafetería con dos volúmenes bajo el brazo: su nueva gramática egipcia (La lengua de Sinuhé, Crítica) y la memoria de las excavaciones que dirige en Oxirrinco, en el Egipto Medio. Se le ve contento. Para romper el hielo, empezamos hablando de momias, que es como hablar de la familia. "En el nuevo Museo Imhotep de Saqqara he visto la momia de Menem Ra I, de la sexta dinastía, la momia real más antigua que se conoce", explica el egiptólogo catalán. "La exponen con mucho respeto, tapada con un lino hasta la mitad de la cara". Pues en el Museo de Luxor se pueden ver otras dos momias reales, la que se cree que es la de Ramsés I —devuelta por un museo de EE.UU.— y la de la reina Ahmose, que permanecía en el Museo de El Cairo. La cara del supuesto Ramsés I, pese a que también se exhibe con mucho decoro, es para no dormir. Padró suspira, seguramente pensando en la enorme colección de momias que ha dejado solitas en el yacimiento que excava, en El-Bahnasa, la antigua Oxirrinco grecorromana.

Murió el más famoso historiador de Hernán Cortés

Personalidades de la vida cultural de México, como Guillermo Tovar y de Teresa y Enrique Krauze, se dieron cita en una conocida funeraria para dar el pésame a la familia del historiador, académico, investigador y gran bibliófilo mexicano José Luis Martínez, fallecido la víspera.
En el lugar ubicado en la calle de Sullivan, en esta ciudad, Tovary y de Teresa, presidente del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México, destacó que como persona Martínez fue un hombre de una calidad humana extraordinaria. Para el mundo de las letras, puntualizó, "fue una figura central en muchos aspectos como creador y como historiador. En el caso de la Historia su labor sobre Hernán Cortés queda constituida como un monumento historiográfico de primera magnitud y fue mi antecesor como cronista de la Ciudad de México".
A su vez, el historiador Enrique Krauze manifestó que Martínez fue el heredero directo "intelectual y literario de Alfonso Reyes, de Justo Sierra, de (Ignacio Manuel) Altamirano, de los mejores espíritus humanistas de este país, que han construido el alma cultual y literaria de México. "Su obra es inmensa, inabarcable; investigaciones, ediciones, publicaciones, biografías, historias, y no solamente de México, sino de las culturas de Occidente; fue un formidable editor, fue un gran crítico, un estilista fino y, ante todo, una presencia de civilidad, de respeto y estoicismo y de calidad en la vida literaria de México", dijo. Resaltó su trabajo sobre la conquista, en particular la biografía que escribió de Hernán Cortés, una invaluable aportación al estudio de la conquista. Sobre el decesó, la titular de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), Silvia Molina, señaló que José Luis Martínez "fue en realidad muchísimas cosas, fue el gran historiador de la literatura mexicana, no solamente estudió el siglo XIX y el siglo XX, sino que se fue en sus estudios históricos hasta Nezahualcóyotl.
"Fue un gran editor, fue director del Fondo de Cultura Económica -de 1977 a 1982- y fue miembro de la Academia de la Lengua y de la Academia de Historia". Aseveró que "a todos los escritores de mi generación nos enseñó a tener cuidado en lecturas, a tener cuidado en la edición; era un hombre, desde mi punto de vista, algo tímido, no era muy protagonista y que tenía un gran amor por los libros".
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Imperio romano sigue vivo con la serie "La lucha por Roma"

Se estrenó la nueva serie "La lucha por Roma" en Discovery Channel. Seis episodios sobre la primera potencia mundial narran la verdadera historia de la Antigua Roma, a través de seis cruciales momentos que ayudaron a moldear el destino del imperio, donde confluyeron los más poderosos gobernantes del mundo.La serie comienza cuando en el año 146 a.C, Roma finalmente vence a su eterno enemigo: Cartago. Continúa con la celebrada victoria de Julio César, el derrocamiento de la República y la dramática historia de cómo el emperador Nerón se encerró en su propia locura. Se cuentan además los pormenores de la rebelión más grande de la historia imperial: la revuelta judía; y cómo el emperador Constantino condujo al cristianismo hasta el imperio. Finalmente, la caída del Imperio Romano es narrada a través de los cuentos de Alarico el godo. Las imágenes generadas por computador se combinan con el drama, con un extraordinario elenco de actores y una recreación de espectaculares batallas."